En el casco urbano, el resto de las fracciones se depositan en los contenedores habituales. Sin embarbo, en la zona rural, hay que clasificar los residuos en las chavolas de reciclage que se han puesto para ello. Después, los operarios municipales se encargan de trasladar lo clasificado a los contenedores habituales que se encuentran en zona urbana. De este modo se facilita el reciclaje a los habitantes de los barrios diseminados. La ropa y el aceite usado se clasifica en los contenedores que se encuentran en la zona urbana del municipio. Hay que clasificar los residuos por ley.